La fisioterapia es una ciencia de la salud en la que en la mayoría de ocasiones se utiliza el contacto físico para tratar diversas patologías de los pacientes. La aparición del Covid-19 y de su alto grado de contagio en España durante el año 2020 (hasta la actualidad) ha supuesto un titánico esfuerzo de adaptación para toda la comunidad sanitaria. Un sobreesfuerzo que ha conllevado retos a los que los fisioterapeutas del hospital Fundación Instituto San José de Madrid se han tenido que enfrentar.

Ante tamaño reto estos profesionales se han visto obligados a reinventarse y a demostrar una gran capacidad de adaptación para poder seguir ofreciendo un servicio de calidad a todos los pacientes.

Previamente a la pandemia, los fisioterapeutas del hospital estaban acostumbrados a salas de fisioterapia llenas de pacientes realizando diferentes tipos de ejercicios y recibiendo tratamientos de forma manual. Sin embargo, con la llegada del Covid-19 estos profesionales han tenido que buscar nuevas vías para atender a los usuarios.

¿Cómo se han adaptado las sesiones de fisioterapia?

En primer lugar, se ha reducido el aforo de las salas de fisioterapia para tratar de limitar la exposición de los pacientes. Estos profesionales se han visto obligados a transformar la actividad que se lleva a cabo en espacios como gimnasios y salas de terapia. Incluso en muchas ocasiones se han tenido que realizar las sesiones en las propias habitaciones de los pacientes con las limitaciones que esto implica. Además de no poder disponer de parte del material habitual para el tratamiento (como son las cintas de marcha, camillas o bipedestadores) los fisioterapeutas han sabido afrontar la situación y llevar a cabo los ejercicios en espacios mucho menores. Por ejemplo, actividades como la reeducación de la marcha se han tenido que hacer en lugares más estrechos y con menos recorrido.

Sin embargo, la rehabilitación en este tipo de espacios bien ha servido para aprovechar esta circunstancia y trabajar con el paciente su adaptación al entorno domiciliario.

El uso de los Equipos de Protección Individual (EPI) también ha sido otro de los grandes retos de los fisioterapeutas. Guantes, mascarilla, batas impermeables y buzos han sido (y son) las prendas y complementos que han tenido que incorporar y aprender a utilizar en función del tipo de paciente al que se estuviese atendiendo. De hecho, en el caso del uso del buzo en pacientes que son Covid positivo les ha llevado a tener que enfrentarse a grandes dificultades tanto visuales como de movilidad en el manejo del paciente.

Otro gran reto al que se han tenido que enfrentar estos profesionales es a la continua desinfección y riguroso seguimiento de las medidas de higiene -quizás el mayor reto a nivel mental-. El trabajo de los fisioterapeutas ha consistido en mantener higienizadas todas las superficies y materiales  como barras paralelas, camillas, lastres, cuñas, etc… Se han tenido que aplicar continuamente esprays con lejía diluida o alcohol entre todos aquellos artículos que fuesen empleados por cada paciente. Asimismo, la ventilación ha jugado también un papel muy importante en las sesiones de fisioterapia y mantener todos los espacios ventilados ha sido otra de las medidas que se han llevado a cabo.

En definitiva, los fisioterapeutas del hospital Fundación Instituto San José han sabido adaptarse a las circunstancias que se han vivido y que se siguen teniendo debido a la pandemia para seguir con el objetivo principal: que los pacientes se rehabiliten y consigan el mayor índice de autonomía posible.