“Hay que disfrutar de la vida, aunque sea de manera diferente”
En enero de 2013 me detectaron un neurinoma entre las vértebras C1 y C5, que me ha dejado afectado el brazo izquierdo y las piernas, si bien la pierna izquierda tiene más fuerza que la derecha, tengo sensibilidad… (noto cuando me tocan, tengo hipersensibilidad en el lado izquierdo, aunque en el derecho no noto ni el frío ni el calor).Tras quitarme las grapas, sufrí una meningitis vírica que me hizo volver al quirófano.
Un año más tarde, en enero de 2014, me detectaron otro tumor, esta vez un fibroma entre la L3 y L4. Con esta operación he retrocedido en mi rehabilitación, pues ya era capaz de ponerme de pie por mí misma y ahora necesito ayuda.
¿Cómo repercutió en tu vida cotidiana?
En todos los sentidos, tanto en mi vida laboral, en lo social, en mi hogar y sobre todo en lo personal.
En mi vida laboral:
Trabajaba en la asesoría jurídica de una empresa desde hacía 32 años y con la lesión que me ha quedado me han dado la gran invalidez. Cuando recibí la notificación del tribunal médico lloré, y me dio mucha pena jubilarme porque disfrutaba mucho con mi trabajo, ahora mi trabajo es la rehabilitación.
En mi vida social:
He perdido bastante el contacto con compañeros de trabajo pues al principio la gente te llama te visit, pero al final se cansa en estos momentos te das cuenta quién te quiere y te aprecia de verdad de la etapa anterior a mi enfermedad sólo me quedan 3 amigos.
Por el contrario, después de mi enfermedad hecho varios amigos los cuales están en mi misma situación. Es decir, en silla de ruedas están en la misma situación une a la gente.
En mi hogar:
Antes de mi lesión, yo era la que llevaba la casa, ahora es mi marido el que lleva todo el peso y yo le ayudo en lo que puedo. No poder limpiar mi casa y llegar a ciertos sitios… me ha costado bastantes lágrimas de rabia.
En lo personal:
Hasta que he podido, he hecho las cosas por mí misma. Ha sido mi marido que me ha ayudado en todo; a vestirme, ducharme, etc… Ahora colaboro y se hace más llevadero, pero cuesta mucho.
¿Cuáles son tus apoyos más importantes?
Los apoyos más importantes fueron la religión y mi familia. Sobre todo, mis padres, mis hermanas y por encima de todo, mi marido y mi hija.
En los momentos de bajón en los que lloras sin consuelo, te refugias en Dios y le preguntas porque te ha tocado a ti, si no has hecho nada a nadie. Le súplicas que te dé fuerzas y que te ayude a mejorar. Pero ante todo, quien más apoyo me ha dado -como he dicho- ha sido mi familia, y sobre todo mi marido y mi hija, quienes han estado en los momentos más duros de mi enfermedad y siguen estando en mis logros. Es por ello sigo luchando e intento ser más fuerte cuando me vengo abajo, pues quiero ver la sonrisa en su rostro. Hemos sufrido mucho con mi enfermedad, pero ahora parece que nos vamos renovando y somos una versión mejorada de nosotros mismos pues hemos aprendido mucho y si cabe nuestro amor es más grande.
¿De dónde sacas cada día la fuerza para seguir adelante?
Cuando te sucede algo tan grave como lo que me sucedió a mí, debido a mi enfermedad, se valora el tiempo y las cosas que de verdad importan, se aprende a disfrutar del aquí y el ahora, pues la vida puede cambiar cuando menos te lo esperas. El sufrimiento y la enfermedad ponen a la persona en una situación de indefensión tan grande que todo su sistema de valores, creencias y expectativas se tambalean, es por lo que te replanteas tu vida más si cabe. Cuando te sientas en una silla de ruedas… desde aquí se observa el mundo desde otra perspectiva lo que te lleva a una fase de reflexión de tu modo de ser y estar en el mundo antes de la lesión.
No hay que pensar en el pasado, sino seguir adelante, hay que ser positivo pues la cabeza es la que manda. Siendo positivo se alcanzan más logros, parece como si tu cuerpo renovase sus fuerzas para seguir luchando por conseguir más metas cada día.
¿Qué sentiste al volver a caminar en el agua?
Sentí una alegría indescriptible. Pensé… ¡ lo he conseguido! Puedo dar pasos con menos ayuda del agua, seguro que voy a conseguir más y me abracé a mi fisioterapeuta Raquel con lágrimas en los ojos. Fue un momento muy emocionante. Ahora a seguir luchando con más fuerza si cabe, para conseguir mejorar el caminar hasta llegar un día si Dios quiere, en el que pueda andar aunque sea con muletas.
¿Por qué crees que pese a los malos momentos es importante no dejarse vencer?
Porque si te dejas vencer retrocedes en todo lo que has conseguido. Como he dicho anteriormente, hay que ser positivo, tendrás más fuerza y verás la vida de otra manera. La vida es maravillosa… hay que disfrutar de todo lo que nos rodea y sobre todo ser felices por poder seguir con la familia y los amigos.
¿Qué le dirías a todas esas personas en situaciones difíciles que no ven sentido a su vida?
Ya sé que es muy fácil decirlo y muy difícil sobrellevar una situación como el estar en una cama o que te tengan que hacer todo, vestirte, darte de comer, lavarte… pero hay que disfrutar de la vida aunque sea de manera diferente, difícil, lenta, pero vives y disfrutas del amor de los tuyos y a ellos, con tenerte, les haces más felices.
Mí comentario es que por desgracias he estado con mí señora dos meses en el hospital de San José. He sufrido mucho viendo todos los días como morían las personas, uno tras otro se me ponían los pelos de punta cuando por las noches oía rodar las camas por los pasillos, alguien sabía muerto y lo sacaban de la habitación por la noche. He pasado mucho y he estado con mí esposa hasta el final, también murió como casi todos los que entran allí.
El morir entra en el juego de nuestra vida, pero cuando ves a un ser tan querido cómo se te va y tú nada puede hacer para evitarlo, mure sin más y después viene otro doloroso cambiario, el de la sociedad y los recuerdos llegado a pensar que salió ganando el que se fue ya que el que queda aquí…Dios mío, como se puede olvidar esto?