¿Qué es la Neurorrehabilitación? ¿Cuáles son las funciones de los fisioterapeutas en la Neurorrehabilitación? A continuación, te explicamos cuál es el papel de estos profesionales y sus líneas de actuación en los pacientes con Daño Cerebral.

La fisioterapia neurológica es la disciplina que se encarga de la rehabilitación de pacientes pediátricos y adultos, con afectación del sistema nervioso, tanto a nivel central como periférico.

El daño cerebral sobrevenido es un concepto heterogéneo y difícil de definir por la variabilidad de etiologías que lo pueden provocar. En lo que si hay consenso, es que, en todas sus variantes, produce una gran pérdida de autonomía y disminución de la calidad de vida del paciente.

¿Cuáles son las competencias del fisioterapeuta especializado en Neurorrehabilitación? 

El fisioterapeuta neurológico está incluido en un equipo interdisciplinar compuesto por neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, logopedas, enfermeras, auxiliares de Enfermería y médicos rehabilitadores. Este equipo trabaja de manera coordinada con un objetivo en común: lograr la mayor autonomía del paciente y desarrollar su máximo potencial de recuperación.

El proceso de neurorrehabilitación requiere de la participación del paciente e implicación de su entorno, así como de un profesional especializado para alcanzar los objetivos propuestos.

Las competencias básicas de un fisioterapeuta formado en Neurorrehabilitación son (en términos generales):

1. Contar con una base amplia de conocimientos sobre neuroanatomía, neurociencia, neurofisiología, neuropatología, metodología de la investigación, biomecánica y anatomía.
2. Tener la capacidad de saber relacionar estos conocimientos para que, a través de la comprensión del proceso patológico y su relación con las estructuras dañadas, se puedan entender los síntomas y signos clínicos, y así realizar un abordaje especializado y preciso en función de las necesidades del paciente.
3. Es necesario que un fisioterapeuta neurológico esté constantemente actualizando sus conocimientos de acuerdo al avance de la ciencia y que realice una práctica basada en la evidencia para poder otorgar el mejor servicio al paciente y su entorno.

Además de las competencias teóricas, es importante que el profesional que se dedique a la Neurorrehabilitación posea competencias en ética profesional y asistencial. Es necesario recordar que un paciente que está pasando por un proceso de rehabilitación neurológica necesita de un trato empático y respetuoso hacia su persona y su entorno, y a la vez, sientan la seguridad de que el profesional que le atiende va a respetar su confidencialidad. Todo ello se traduce en una práctica ética, que protege la dignidad del paciente.

Neuroplasticidad: qué es y cómo se trabaja

Tanto en la evaluación del paciente, como en el abordaje terapéutico, el fisioterapeuta puede utilizar diferentes métodos, técnicas, y enfoques que busquen influir en el proceso de neuroplasticidad.

La neuroplasticidad  se define como la capacidad que tiene el sistema nervioso de reorganizarse. En los últimos años, no sólo se ha comprobado que la neuroplasticidad es posible, sino que también está  presente en todo lo que hacemos. Es decir, cuando adquirimos nuevos conocimientos o habilidades; ante diferentes cambios en nuestro entorno; y, efectivamente,  acompaña durante el proceso de Neurorrehabilitación en daño cerebral adquirido.

El proceso fisiopatológico del daño cerebral sobrevenido se explica por el fenómeno de la cascada isquémica, en el que se producen cambios neurofisiológicos en el tejido nervioso, debido a un fallo en el aporte sanguíneo a nivel neuronal. Lo que se traduce en un fallo metabólico que produce la desmielinización de las neuronas por estrés oxidativo y descomposición mitocondrial, que da resultado a una necrosis neuronal y a un proceso de neuroinflamación.

En esta zona, se establece un  ‘foco isquémico’, y en sus alrededores, se establece un ‘área de penumbra’, que mantiene una pequeña perfusión sanguínea y es capaz de mantener vivas las neuronas, pero sin su actividad óptima para su funcionalidad.  Estas áreas de penumbra perilesionales son susceptibles de recuperación ya que gracias a la reorganización del sistema nervioso por la neuroplasticidad, se puede acceder a estos sistemas remanentes y recuperar funciones disminuidas o abolidas, mediante el aprendizaje motor.

Somatosensación, aprendizaje motor y control postural como conceptos base de intervención fisioterapéutica en Neurorrehabilitación

En un proceso de Neurorrehabilitación, el procesamiento sensorial central juega un papel muy importante en el aprendizaje motor: la información  de diferentes modalidades sensoriales que recibimos y recogemos a través de diferentes tipos de receptores es conducida a través de diferentes tractos neuronales ascendentes hacia las áreas de integración a nivel cortical, subcortical, y medular. Esta información es procesada, mediante la retroalimentación de procesos cognitivos y sensoriomotores. Con esta retroalimentación, se selecciona un programa motor que da lugar a una respuesta, influida por el individuo, su percepción y el entorno.

La información sensorial juega un papel muy importante en el control postural que se define, según Shumway- Cook, como “el resultado de la interacción de múltiples sistemas dentro del individuo, organizado en relación a las demandas de la tarea y limitado por los factores ambientales”. Es a través del procesamiento y a la interacción coordinada de información visual, somatosensorial y vestibular que se hace posible el mantenimiento del control postural.  De ahí la importancia de que el fisioterapeuta especializado en neurorrehabilitación utilice estos conceptos como herramienta terapéutica en una persona con afectación neurológica.

La utilización de los mecanismos de aprendizaje motor y de procesamiento multisensorial puede ser de gran utilidad para la rehabilitación de las habilidades motoras en Neurorrehabilitación.

Preparar al paciente para la incorporación a su entorno domiciliario

La intervención del fisioterapeuta en Neurorrehabilitación se lleva a cabo en todas las etapas del proceso: desde la más temprana o aguda, en la que el paciente ha sufrido el evento recientemente y está hospitalizado; pasando por las subaguda y crónica, cuando el paciente ha alcanzado estabilidad clínica suficiente para realizar la rehabilitación de manera ambulatoria.

Uno de los objetivos principales de la de la Neurorrehabilitación es preparar al paciente para la vuelta a casa y a su entorno, y lograr la máxima funcionalidad para enfrentarse a su nueva situación. Muchos pacientes refieren incertidumbre y temor al alta clínica tras finalizar su hospitalización, debido a la inseguridad y el miedo que les provoca el pensar en las barreras arquitectónicas que puedan encontrarse en el exterior.

De ahí la importancia de trabajar siempre en entornos similares al entorno natural del paciente. A raíz de estas observaciones, se creó el Circuito Exterior de Rehabilitación (CER) en el hospital,  en el que se trabaja la autonomía del paciente ante barreras arquitectónicas y diversas situaciones que pueda encontrarse el paciente en entornos exteriores.

Este circuito cuenta con 11 elementos diferentes para trabajar con el paciente, reproduciendo las barreras arquitectónicas más comunes en el exterior. Además, dispone de un vehículo, semáforo, pasos de peatones, carriles especiales de escaleras, rampas, puentes y diferentes texturas y terrenos para trabajar con el paciente y preparar su vuelta a casa, en dónde sigue siendo de vital importancia que el paciente continúe trabajando para conseguir optimizar su recuperación.

La importancia del enfoque 24 horas en Neurorrehabilitación

Para que los cambios logrados durante la terapia se mantengan en el tiempo, es importante el planteamiento del enfoque 24 horas ya que promueve la implementación de los procesos adaptativos y el reestablecimiento del comportamiento motor. Para que se produzca la recuperación de la funcionalidad y el aprendizaje motor, es necesaria una sumación temporal y espacial de estímulos para que estos cambios se integren en los programas motores del paciente durante todas las etapas del proceso.

Lo que trabaja el paciente en terapia se puede extrapolar a la realización de una pauta de ejercicios domiciliarios para lograr mejorar la autonomía del paciente, mantener la motivación y adherencia al tratamiento, y tomar parte activa en su recuperación.

Por otra parte, es importante involucrar al entorno del paciente e instruirle para que pueda lograr un buen manejo del paciente. Sólo a través de esto, será posible desarrollar el máximo potencial de recuperación del paciente y mejorar su participación en la comunidad y, por consiguiente, mejorar su calidad de vida y la de su entorno.