La terapia en el agua facilita mayor libertad de movimiento al reducir el peso del cuerpo y el estrés articular, mejorando así la movilidad, el equilibrio, la capacidad cardiorrespiratoria y otros aspectos.

Luis Alberto, acude a nuestra unidad de Terapia en el Agua una vez por semana desde julio de 2024 tras verse afectado por el síndrome de Guillain-Barré y su evolución es continua gracias a la seguridad que le da el agua: “En el medio acuático no hay posibilidad de caídas, no me tiene que sujetar nadie, puedo levantar el peso de mis piernas, ponerme de puntillas o agacharme. Yo no tenía fuerza, y ahora siento que he mejorado muchísimo en equilibrio y coordinación. Aún recuerdo la sensación de libertad del primer día…pero al salir de la piscina volvemos a la realidad”.

María Alonso, responsable de la Unidad y fisioterapeuta de Luis Alberto, es consciente de todos estos beneficios por su amplia experiencia con distintos tipos de pacientes, y también considera que gracias al agua los pacientes se motivan más para enfrentar los retos que surgen en sus procesos de rehabilitación, que a veces son muy prolongados.

Una motivación que en el caso de los pacientes infantiles se consigue aún más gracias al juego. Un ejemplo de ello es Rosali, una niña que padece el síndrome de Myhre, (caracterizado por un conjunto de condiciones físicas y de desarrollo específicas) que empezó su terapia acuática hace años para trabajar la mejora del equilibrio, la flexibilidad, el tono muscular, la marcha y la regulación sensorial gracias a las propiedades físicas del agua.

“Desde bebé le fascina el medio acuático, por lo que es una herramienta perfecta para su estimulación sensorial y para trabajar el equilibrio y la movilidad. Le da más seguridad y además se evitan las caídas a las que es propensa por la enfermedad” destaca Rubén, padre de Rosali.

Así, esta actividad ayuda a ralentizar esta enfermedad progresiva que provoca la fibrosis en el tejido conectivo de los diferentes órganos, además de proporcionar beneficios desde el punto de vista emocional, cognitivo, social y psicológico.

Nuestra unidad de Terapia en el Agua se encuentra en un edificio diseñado para acoger una piscina climatizada adaptada de 100 m2, que cuenta con grúa y rampa para sillas de ruedas acuáticas. La temperatura media del agua es de 32,5ºC y la profundidad del vaso terapéutico no supera el 1,30m por lo que es apto para atender todo tipo de pacientes: neurológicos, traumatológicos, geriátricos, niños, adultos, personas con discapacidad, etc…siempre que no exista ninguna contraindicación médica previa.